sábado, 24 de marzo de 2012

El suidicio


En su obra Arnoldo Kraus aborda básicamente dos posturas antagónicas en relación al fenómeno del suicidio. La primera descalifica rotundamente dicho acto sin miramientos de ningún tipo hacia las circunstancias que del lugar al mismo. La segunda otorga supremacía a la autonomía y libertad de cada individuo sobre su propia vida sin tomar en cuenta consideración moral alguna. Para apreciar la diversidad de pensamiento en torno al suicidio Kraus cita diez apartados que contienen los criterios de importantes filósofos en la historia, publicaciones destacadas y testimonios.

No obstante, en medio de la controversia y pluralidad de pensamiento generados por este hecho, se ven muy marcados dos enfoques: el religioso y el laico. Arnoldo Kraus adopta una postura abierta y de aceptación con respecto al suicidio, ya que contempla a cada individuo como el único dueño de su propio ser, vida y por tanto muerte, hecho que debería ser respetado por terceros.


Por otro lado, si se ha de aprobar el suicidio bajo estas premisas, cabe considerar que este hecho atenta contra la moral en el momento que su efecto ocasione daños directos o indirectos a terceros y demás, puesto que, si bien es cierto que la autonomía es individual, también deberán serlo todas y cada una de las consecuencias legadas por un suicida. En materia de controversia, expone Krauss, la existencia de grandes similitudes entre el suicidio y otros temas controversiales como la eutanasia, el aborto, donación de órganos, etc.

En medio de tales debates se libran colosales batallas de intereses, en su mayoría por parte de la industria medica, ya que si mayor numero de prospectos dictaminados con alguna enfermedad terminal deciden acabar con la vida, por ende abandonaran el tratamiento medico, y esta acción de forma masiva causaría perdidas significantes para las prestigiosas droguerías y demás implicados en el rubro médico. 

A pesar de todo estudio realizado, investigaciones y diversidad de opiniones en torno al tema del suicidio, este sí debería ser tomado como una opción, pero con restricciones estrictas que lo avalen, pues si  bien en cierto que cada individuo es dueño de si mismo, también lo es que el ser humano es social, esta interrelacionado con otros, y en estas relaciones de interdependencia unos se ven afectados por las decisiones de otros.

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