El impacto de una conquista renacentista con mentalidad medieval
El Renacimiento impulsó
a los europeos a llevar a cabo el proyecto de expansionismo que los conduciría
al Nuevo Mundo, donde se encuentran tres formas de ver la vida: la propia de
los indígenas por su cosmovisión; la renacentista que tocaba las puertas de
España, encontrando una fuerte resistencia por la mentalidad medieval que
coexistía en la sociedad peninsular de esa época.
En la Europa del siglo
XV se suscitarían importantes transformaciones ideológicas que afectarían a la
población. Estos cambios responden al paso de la Edad media hacia el
Renacimiento. Esta transición ideológica fue un proceso muy paulatino, debido
al encuentro del enfoque teocéntrico rumbo hacia el humanismo.
Mientras el resto de Europa se acopló rápidamente al
Renacimiento, España actuó de manera más hermética, adoptando algunos elementos
renacentistas, como las tecnologías en la navegación, los ideales de
expansionismo impulsados por un espíritu de aventura, y los elementos
lingüísticos que definirían al castellano como lengua oficial de España. Los
elementos medievales españoles se ven claramente reflejados en el rigor que
mantenían en sus ritos religiosos, donde se implementó la institución de la
Santa inquisición.
Tras la llegada de los
conquistadores a América colisiona una tríada ideológica compuesta primeramente
por la religiosidad medieval, la impetuosa corriente renacentista, y finalmente
la perspectiva indigenista del universo. Este agresivo encuentro se da en el
Nuevo mundo y da como resultado un fatídico porvenir al cual estarían
condenados los aborígenes por tiempo indefinido.
Según las crónicas de
Colón, los indígenas eran considerados como “hombres sin almas” que necesitaban
ser evangelizados y aceptar la nueva religión. Esto implicaba la sustitución de
sus creencias y costumbres por las nuevas leyes estipuladas por la
“civilización” española. Las crónicas de
la conquista ilustran claramente la actitud de superioridad que traían los
conquistadores con respecto de los indígenas.
“Estos
pareceres teológicos y jurídicos se apoyaban en la filosofía medieval sobre la
naturaleza del poder de la monarquía; los límites entre lo espiritual y lo
temporal, y la relación ente la cristiandad y los infieles”
según el registro de las crónicas de conquista.
Todo el conjunto de
progresos tecnológicos en los instrumentos de navegación, los primeros ideales
de globalización y las nuevas formas de literatura prosificada son elementos
propios del Renacimiento. Estos avances facilitarían el sometimiento de los
indígenas por parte de los españoles.
Entre la variedad de
riquezas descritas por el Almirante en su diario de navegación del primer
viaje, son inventariados vastísimos elementos del reino mineral, animal y
vegetal. Pero la mayor fuente de riquezas se objetivó en la fuerza de trabajo indígena, por no
constituir ningún costo para los conquistadores, esto gracias a las múltiples
ordenanzas emitidas por la corona. Entre estas ordenanzas se encuentran las
reales cédulas, los repartimientos de indios, las encomiendas y muchas otras
formas de sometimiento que generaron las enormes riquezas que goza el Viejo
mundo en la actualidad, en un rotundo contraste con la economía fallida
latinoamericana.
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