Una de las
temáticas en auge en la actualidad es la del fin de la especie humana. Éste fin
de la humanidad se puede dar por diversos motivos; algunos de ellos ya han sido
abordados por muchos productores artísticos, desde distintos enfoques y en
diversas ramas del arte, como la música, la pintura, la literatura, la danza,
el teatro y el más popular y llamativo, el cine.
A la pantalla
grande han sido llevadas varias producciones de alta calidad artística, entre
ellas “2012” que hace referencia a las supuestas profecías de origen Maya que
profetizan el final de los tiempos debido a grandes catástrofes ocasionadas por
el movimiento de las placas tectónicas, las cuales se abren ocasionando terremotos
de grandes magnitudes, tsunamis que arrasan con grandes porciones de tierra y
el derretimiento de los polos glaciares.
Otra gran
producción referente al tema del exterminio de la raza humana es la película
“Otro planeta” la cual aborda el problema desde la perspectiva que los teóricos
y científicos han denominado como “Mundos
paralelos”. Esta teoría nos remite a dimensiones paralelas a la nuestra; otras
realidades posibles que podrían desencadenar reacciones diversas al momento de
la fusión entre dos realidades. Ésta película plantea la conexión entre la
“Tierra dos” con nuestra tierra (Tierra uno) como un encuentro con el “Yo”
paralelo proveniente de esa otra dimensión; un “Yo” distinto, que ha tomado un
rumbo diferente, mas sin especificar si este puede ser positivo o negativo por
las consecuencias de sus acciones frente a las nuestras.
Entre las más
recientes películas que siguen ésta línea se encuentra “Melancolía”, producción
original del escritor y director Lars Von Trier, quien presenta otro posible
final de la especie humana; un planeta llamado “Melancolía” se aproxima a La
Tierra, lo cual provocará el exterminio de vida y de todo lo que se conoce de
nuestro planeta. Ésta conclusión es deducida por los científicos de la trama.
Sin embargo, ningún personaje conoce a ciencia cierta cual será el destino del
planeta al colisionar con “Melancolía”.
Las secuencias
temporales de la película “Melancolía” marcan dos momentos importantes: la
primera parte, en la que todas las escenas ocurren en cámara lenta. La dinámica
del mundo y todo lo que en él se encuentra se ha pausado; todas las formas y en
estilo de vida han cambiado; han sido afectadas por la influencia ejercida por
“Melancolía” sobre La Tierra. Razón por la cual este esperado fin no era en
realidad el fin de la existencia, o de la materia, si no el fin de algunas leyes físicas y naturales
que regían a La Tierra.
En la segunda
secuencia de la película se observa la vida previo al descubrimiento de
“Melancolía”. Es la vida tan y como la conocemos, normal, con situaciones y
vivencias de carácter cotidiano. En ésta secuencia es presentada la boda de
Justine, la protagonista de la película, interpretada por Kirsten Dunst, quien
está a punto de casarse con Michael, pero renuncia a su marido, quien la ama
profundamente; renuncia también a su madre, quien desaprueba el matrimonio
debido a su propio fracaso con el padre de Justine.
Después de todas las
vicisitudes atravesadas durante la boda, Justine abandona a Michael, su nuevo
esposo; renuncia a su nuevo empleo como directora artística, y hasta le expresa
a su jefe el odio que siente por él. La madre se aleja de Justine, dejándole la
amargura provocada por sus constantes desaprobaciones. El padre de Justine se
va con sis delirios y sus múltiples novias, todas llamadas “Betty”. Al final
Justine permanece en la casa de su hermana Claire, quien vive felizmente casada
y tiene un hijo pequeño, con el que Justine se siente fuertemente vinculada.
El la tercera
secuencia, toda la normalidad de la película se torna en un terrible miedo,
principalmente percibido por Claire, la hermana mayor de Justine. Ella busca
seguridad en su esposo, quien le comunica sobre la aparición de “Melancolía” a
lo cual Claire responde con pánico, pues toda su vida ha sido construida con
mucho espero: su matrimonio, la bella casa que poseen, sus profesiones, y un
hijo maravilloso. Todo esto invade la mente de Claire al visualizar el planeta
“Melancolía” aproximándose a La Tierra.
Existe, pues, una
clara disyuntiva en las actitudes mostradas por ambas hermanas: Justine deja
entrever alegría por la aparición del nuevo planeta, inconscientemente es algo
que ella estuvo esperando, un planeta en el cual encajara con su “enfermedad”
incomprendida desde siempre en La Tierra. Claire, en cambio, reacciona con
desesperación, puesto que ella sí ha logrado tener éxito, y éste nuevo planeta
constituye una amenaza para todo lo que ha construido a lo largo de su vida.
Al final
“Melancolía” representa la vida acelerada y autómata por el deber que lleva la
desenfrenada raza humana. Un cambio hacia la contemplación de la vida desde una
perspectiva más natural. Una observación hacia el ser, no en función de los
actos, ni del utilitarismo, si no del ser por su esencia, en lugar de la
apariencia, y en lugar de los hechos que éste efectúe.
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