sábado, 24 de marzo de 2012

Análisis secuencial

La Nariz de Gógol
Contexto
Nikolai Vasílievich Gógol nació en Soróchintsi, en la provincia ucraniana de Poltava, en marzo de 1809. De modo general, se suele indicar que Gógol, es decir, su obra, ejemplifica el paso, en la literatura rusa, del romanticismo al realismo. Como toda generalización, debe entenderse la afirmación anterior con sus restricciones ya que si se contempla el panorama de las letras rusas durante el siglo XIX, no cabe duda de que los escritos del autor de La nariz conllevan un punto de inflexión entre los tonos lírico-románticos del gran Pushkin y las narraciones netamente realistas de Tolstoi o Dostoievski. Bajo el título de Novelas petersburguesas agrupó Gógol cinco cuentos, entre ellos Diario de un loco (también conocido como Apuntes de un loco) y La nariz. Tienen en común como fondo social y físico la ciudad de San Petersburgo, actual Leningrado, y constituyen junto con Las Almas muertas, la cumbre de la narrativa gogoliana.
Movimiento literario
Realismo
Género
Novela


Resumen y secuencias
Secuencia I
El barbero Iván Yákovlevich encuentra la nariz del asesor colegiado Kovaliov. Trata de deshacerse de ella y lo agarra un oficial de la policía junto con la nariz que había lanzado al río.
Secuencia II
Kovaliov se levanta por la mañana y se encuentra con la garrafal sorpresa de que le hace falta su nariz. Sale a la calle ofuscado a la busca infructuosa de su nariz.
Secuencia III
Kovaliov encuentra su nariz en una iglesia, vestida como un alto funcionario del gobierno. La sigue y la enfrenta, pero ésta niega conocerlo. La nariz sale del lugar en su carruaje pero Kovaliov le pierde la pista.
Secuencia IV
Kovaliov reinicia la búsqueda de su nariz. Se dirige infructuosamente hasta la policía y a un periódico local, y regresa a su casa por la noche.
Secuencia V
El oficial de policía que había agarrado al barbero Iván Yákovlevich llega a la casa de Kovaliov y le entrega la nariz extraviada.
Secuencia VI
Kovaliov intenta pegarse la nariz en la cara de nuevo. Al verse imposibilitado llama a un médico quien no le resuelve el problema. Creyendo aquel extraño suceso obra de hechicería le escribe una carta a la señora Alexandra Grigórnievna atribuyéndole su despropósito. Ella le responde ignorante de todo lo acontecido. Mientras tanto en la comunidad se difunde el rumor de la nariz del mayor.
Secuencia VII
Un día Kovaliov se despierta y con gran alegría descubre que la nariz se encuentra nuevamente en su sitio y su vida continúa normal como si nada de aquello hubiese sucedido.
 Tema
  Política y sociedad

Personajes
Protagonista
La nariz
Principales
Kovaliov
Secundarios
Iván Yákovlevich, Praskovia Osipovna, el policía, el encargado del periódico


El suidicio


En su obra Arnoldo Kraus aborda básicamente dos posturas antagónicas en relación al fenómeno del suicidio. La primera descalifica rotundamente dicho acto sin miramientos de ningún tipo hacia las circunstancias que del lugar al mismo. La segunda otorga supremacía a la autonomía y libertad de cada individuo sobre su propia vida sin tomar en cuenta consideración moral alguna. Para apreciar la diversidad de pensamiento en torno al suicidio Kraus cita diez apartados que contienen los criterios de importantes filósofos en la historia, publicaciones destacadas y testimonios.

No obstante, en medio de la controversia y pluralidad de pensamiento generados por este hecho, se ven muy marcados dos enfoques: el religioso y el laico. Arnoldo Kraus adopta una postura abierta y de aceptación con respecto al suicidio, ya que contempla a cada individuo como el único dueño de su propio ser, vida y por tanto muerte, hecho que debería ser respetado por terceros.


Por otro lado, si se ha de aprobar el suicidio bajo estas premisas, cabe considerar que este hecho atenta contra la moral en el momento que su efecto ocasione daños directos o indirectos a terceros y demás, puesto que, si bien es cierto que la autonomía es individual, también deberán serlo todas y cada una de las consecuencias legadas por un suicida. En materia de controversia, expone Krauss, la existencia de grandes similitudes entre el suicidio y otros temas controversiales como la eutanasia, el aborto, donación de órganos, etc.

En medio de tales debates se libran colosales batallas de intereses, en su mayoría por parte de la industria medica, ya que si mayor numero de prospectos dictaminados con alguna enfermedad terminal deciden acabar con la vida, por ende abandonaran el tratamiento medico, y esta acción de forma masiva causaría perdidas significantes para las prestigiosas droguerías y demás implicados en el rubro médico. 

A pesar de todo estudio realizado, investigaciones y diversidad de opiniones en torno al tema del suicidio, este sí debería ser tomado como una opción, pero con restricciones estrictas que lo avalen, pues si  bien en cierto que cada individuo es dueño de si mismo, también lo es que el ser humano es social, esta interrelacionado con otros, y en estas relaciones de interdependencia unos se ven afectados por las decisiones de otros.

La educación superior



En su obra el señor Gabriel Zaid aborda dos dilemas de suma importancia a nivel global: los altos costos de la educación superior y la productividad que aportan dichos conocimientos a la sociedad.
Al mirar hacia el pasado se nota claramente que la educación universitaria ha sido un privilegio desde sus orígenes, ya que solo los aristócratas tenían la capacidad económica para costearla. Luego comienzan las primeras acciones encaminadas hacia su democratización: la educación ya no se recibía en casa, si no en determinado lugar compartido por varios estudiantes, y la contratación de maestros y bedeles. Con el tiempo los bedeles toman la administración de los centros educativos y comienzan a elaborar canastas con las diferentes asignaturas que debían cursar los estudiantes para recibir su título. De ésta manera se ha ido manejando hasta llegar a las universidades actuales. 

Hoy día existe un incremento significativo en la población estudiantil. La mayoría de éstos movidos por un anhelo de mejorar su calidad de vida, y otros por el mero apetito del saber. Lo cierto es que las universidades públicas no se dan abasto ante los innumerables alumnos que pretenden obtener un título a nivel superior. Como diría la gente de antaño “no hay cama pa’ tanta gente” pues no existen las condiciones para que cada individuo de determinada población pueda recibir el pan del saber, y las universidades privadas solo pueden ser costeadas por personas con altos recursos económicos ó con un sacrificio exorbitante realizado por el mismo alumno, trabajando y estudiando simultáneamente.


Como consecuencia lógica de la educación se encuentra la productividad. Pero ¿Serán todos los egresados universitarios capaces de producir los bienes necesarios para el desarrollo y el progreso científico de una sociedad? Obviamente no, y esto, según Zaid es debido a la democratización de la educación superior, ya que es accesible para todos en vez de serlo para quienes realmente tengan una genuina vocación e interés en una rama determinada. Aunque existiesen las facilidades para hacer llegar la educación superior a cada miembro de una sociedad, no todos encontrarían oportunidades de empleo en su área dentro del mercado laboral. De ahí su frase más reveladora en éste ensayo: No se puede privilegiar a todos sin hacer que el privilegio deje de ser un privilegio.

Estampas de Honduras



Doris Zemurray Stone fue una de las pioneras en la investigación arqueológica y étnica en Honduras. Nació en Nueva Orleans. Su padre tenía vínculos de trabajo en Honduras, razón por la que Doris visitaba el país continuamente. De esta manera nace su interés por la cultura hondureña, que con el transcurso de los años se convierte en una pasión que dejó importantes legados científicos invaluables para la historia hondureña.

Entre estos valiosísimos aportes a la arqueología hondureña se encuentra el libro “Estampas de Honduras” que es el fruto de exhaustivos estudios etnográficos y etnohistóricos efectuados a lo largo y ancho del territorio hondureño y centroamericano. Estas investigaciones han venido a reconstruir la historia de nuestro país, fortaleciendo la identidad nacional e inyectando un sentido de pertenencia y amor a la patria en el lector.

Esta obra fusiona armoniosamente el análisis científico de los certeros datos arrojados en el transcurso de varias décadas de acuciosos estudios investigativos  juntos con el fascinante toque poético que denota el profundo vínculo emocional que poseía la doctora Stone por la cultura latinoamericana. Y ese amor por ésta patria queda plasmado en cada párrafo del libro al ensalzar las virtudes inmaculadas de la tierra nuestra, vista desde un ángulo prometedor y lleno de esperanzas.

La autora divide su obra en cuatro capítulos. Cada capítulo habla sobre cada una de las antiguas divisiones geográficas existentes en el país en la época de la colonia.  Relata de una forma integral los acontecimientos ocurridos durante la conquista, desde la llegada de los españoles a las Islas de la Bahía, continuando su trayectoria por las antiguas provincias de Taguzgalpa, Chorotega y Comayagua.

Cada capítulo narra el comportamiento de los conquistadores en su llegada a cada zona del país; sus desmesuradas ansias de poder y descontrolados afanes de riquezas. Sin embargo, brinda también una pintoresca y llamativa imagen sobre cómo eran los grupos indígenas que habitaban nuestro territorio en la época prehispánica y sus transformaciones con la llegada de los españoles.

A medida que el relato prosigue, va alimentando la imaginación del lector, transportándole a través del tiempo y el espacio, hasta aquellas épocas de la historia nuestra, provocando una sed interior por conocer más sobre los valores ancestrales que se encuentran ocultos de nuestros ojos, como si estuviéramos intoxicados por los patrones ajenos a nuestra realidad. Por la forma en que globaliza la información científica  junto con la poesía narrativa, se puede considerar ésta obra como un patrimonio nacional, pues produce en el lector un despertar cultural que seguro le hará emprender una búsqueda mayor de conocimientos etnohistóricos.

domingo, 4 de marzo de 2012

Crónicas chilenas


La Araucana: un contraste de mundos



La Araucana es un texto fundacional de la identidad chilena y de la cultura mapuche. Fue redactado por el señor Alonso de Ercilla y Zuñiga durante su estadía en Chile por motivos de conquista. Para la plena comprensión del contraste entre la perspectiva del conquistador español y la del aborigen araucano dentro de esta obra épica es de vital importancia enmarcar el perfil de ambos individuos dentro de sus sociedades y momentos históricos.
 Primeramente se debe identificar al autor de la obra de acuerdo a los registros históricos. Don Alonso de Ercilla nació en Madrid el 7 de Agosto de 1553, ligado a la nobleza y hombre culto. Fue paje del futuro Rey Felipe II, a quien dedicaría su obra La Araucana. Cuando el príncipe marchó a Inglaterra a casarse con María Tudor, un joven Ercilla formó parte de su séquito. Pero Ercilla no sólo acompañó a su príncipe en las lides del amor sino que, producto de su época y de su ferviente deseo de aventuras al servicio del Rey, decidió partir a las Indias.

Es indiscutible que la Ercilla y Zúñiga fue un destacado miembro de la nobleza española. En 1555, cuando ya había acaecido la muerte de Pedro de Valdivia en manos araucanas, se embarcó el joven Alonso rumbo a las Indias. Salió del puerto de San Lucár de Barrameda el 15 de Octubre. La nave capitana de la expedición llevaba consigo a los nombrados Virrey del Perú y Gobernador de Chile, Andrés Hurtado de Mendoza y Jerónimo de Alderete. Este último falleció en la isla de Taboga producto de una fiebre tropical, en abril de 1556. Ese mismo año el gran Emperador, Carlos V, abdicó a favor de su hijo Felipe II. Mientras tanto nuestro autor siguió camino a Lima, donde permaneció hasta principio de 1557.

La primera parte de la Araucana consta de quince cantos y se ocupa de narrar los comienzos de la Conquista de Chile. Tiene una visión renacentista de paisaje y del hombre americanos, Alonso de Ercilla describe las hazañas bélicas que protagonizan españoles y araucanos, sin dudar ni un momento en alabar la valentía de los naturales y todas las vicisitudes que debieron atravesar los conquistadores para doblegar a la población en pos de la corona española.

Asi como en el resto de América, la región Araucana vivía de una manera primitiva, con un matrimonio perfecto entre su pueblo y la naturaleza. La actitud del individuo araucano era de una total ingenuidad debido a su aislamiento con respecto a los demás continentes previo a la llegada de los españoles, quienes a su llegada al nuevo mundo transportaron consigo todo tipo de iniquidad objetivándola en la población aborigen.

Esto seria algo obvio, pues las edades cronológicas de ambos pueblos eran abismales. Mientras en Europa brotaba la medicinal planta del renacimiento, y particularmente en España florecía ya el siglo de oro, en América a penas se estaba desarrollando la edad de hierro, en la que los indígenas comenzaban a descubrir las propiedades de diversos metales, sin saber aún como emplearlos. Desde luego, este proceso quedo inconcluso con la llegada de los conquistadores.

La disimilitud entre la población araucana y la española se refleja claramente en su cosmovisión. Los araucanos creían en el dios Soychu, el dios del bien al cual no le rendían culto exterior ni ceremonias. Se cree que éste era el dios Sol. Además tenían una divinidad maléfica que era Gualichu. Creían que Soychu recibía a los indios después de su muerte. La principal ceremonia religiosa consistía en una serie de rogativas, llamada ngillatum, la cual iba acompañada de ritos, danzas y sacrificios humanos. Enterraban a sus muertos con todos sus efectos personales y lo hacían en grutas. 

Esta cosmovisión poseía un carácter aberrante para los españoles, quienes acababan de sufrir los duros regímenes obscurantistas medievales, pero su estado moral permanece con los mismos parámetros dinásticos con los que absolutizaron a la población araucana, cuya forma de estratificación y procesos políticos eran aun parvularios, razón que facilitó la tarea de subyugación religiosa, política y económica por parte de los europeos, pese a la dura resistencia presentada por los indígenas durante largas décadas.

Crónicas de América



El impacto de una conquista renacentista con mentalidad medieval


El Renacimiento impulsó a los europeos a llevar a cabo el proyecto de expansionismo que los conduciría al Nuevo Mundo, donde se encuentran tres formas de ver la vida: la propia de los indígenas por su cosmovisión; la renacentista que tocaba las puertas de España, encontrando una fuerte resistencia por la mentalidad medieval que coexistía en la sociedad peninsular de esa época.

En la Europa del siglo XV se suscitarían importantes transformaciones ideológicas que afectarían a la población. Estos cambios responden al paso de la Edad media hacia el Renacimiento. Esta transición ideológica fue un proceso muy paulatino, debido al encuentro del enfoque teocéntrico rumbo hacia el humanismo.

Mientras el  resto de Europa se acopló rápidamente al Renacimiento, España actuó de manera más hermética, adoptando algunos elementos renacentistas, como las tecnologías en la navegación, los ideales de expansionismo impulsados por un espíritu de aventura, y los elementos lingüísticos que definirían al castellano como lengua oficial de España. Los elementos medievales españoles se ven claramente reflejados en el rigor que mantenían en sus ritos religiosos, donde se implementó la institución de la Santa inquisición.

Tras la llegada de los conquistadores a América colisiona una tríada ideológica compuesta primeramente por la religiosidad medieval, la impetuosa corriente renacentista, y finalmente la perspectiva indigenista del universo. Este agresivo encuentro se da en el Nuevo mundo y da como resultado un fatídico porvenir al cual estarían condenados los aborígenes por tiempo indefinido.

Según las crónicas de Colón, los indígenas eran considerados como “hombres sin almas” que necesitaban ser evangelizados y aceptar la nueva religión. Esto implicaba la sustitución de sus creencias y costumbres por las nuevas leyes estipuladas por la “civilización” española.  Las crónicas de la conquista ilustran claramente la actitud de superioridad que traían los conquistadores con respecto de los indígenas.


“Estos pareceres teológicos y jurídicos se apoyaban en la filosofía medieval sobre la naturaleza del poder de la monarquía; los límites entre lo espiritual y lo temporal, y la relación ente la cristiandad y los infieles” según el registro de las crónicas de conquista.

Todo el conjunto de progresos tecnológicos en los instrumentos de navegación, los primeros ideales de globalización y las nuevas formas de literatura prosificada son elementos propios del Renacimiento. Estos avances facilitarían el sometimiento de los indígenas por parte de los españoles.

Entre la variedad de riquezas descritas por el Almirante en su diario de navegación del primer viaje, son inventariados vastísimos elementos del reino mineral, animal y vegetal. Pero la mayor fuente de riquezas se objetivó en  la fuerza de trabajo indígena, por no constituir ningún costo para los conquistadores, esto gracias a las múltiples ordenanzas emitidas por la corona. Entre estas ordenanzas se encuentran las reales cédulas, los repartimientos de indios, las encomiendas y muchas otras formas de sometimiento que generaron las enormes riquezas que goza el Viejo mundo en la actualidad, en un rotundo contraste con la economía fallida latinoamericana.




sábado, 3 de marzo de 2012

Crónicas de Honduras


Los lencas: Ruptura de su propio pasado

La historia del pueblo lenca remite al estudio de su pasado previo a la llegada de los conquistadores. Después de este acontecimiento se marca un agresivo proceso de ruptura entre el pasado de ésta antiquísima  etnia y el tiempo de la conquista, lo cual conducirá a los indígenas a su actual condición de pérdida de identidad.

Diversos aspectos deben ser estudiados para la plena comprensión de la historia precolombina lenca. El primer aspecto apunta hacia la cosmovisión, la cual tenían en común con los demás pueblos indígenas de la América prehispánica; sin embargo mostraban mayores similitudes con los grupos humanos asentados en la región mesoamericana, debido a sus avanzados sistemas de cultivo, formas de estratificación política, rituales y otros factores que los sitúan casi en la categoría de civilización.

Entre los elementos característicos de la cultura lenca precolombina se encontraba todo  un sistema de costumbres regulatorias íntimamente ligados con los procesos fisiológicos propios del ser humano. Tales procesos eran ritualizados de diversas maneras, unas eran menos extremas que otras, calificándolas desde el punto de vista actual. Venían desde protocolos básicos y escalaban hasta llegar a costumbres que regirían el comportamiento de toda esa sociedad. La obra La moral de los mitos lo revela a través de testimonios obtenidos de tribus existentes en la actualidad:

“Esta enfermedad natural de la mujer es una causa de enfermedad y muerte para el hombre”  

De pronto este universo paradisiaco sería brutalmente despedazado con la llegada de los conquistadores, cuya misión principal era precisamente la de desbaratar toda la estructura cosmológica y política de los pueblos amerindios, estando los lencas dentro del eje destructivo de aquel huracán proveniente de tierras lejanas.

Si bien los lencas opusieron resistencia por mas de veinte años, al final los españoles, superiores en armamento y experiencia bélica, instauraron su propio régimen colonial cuyos eslabones de sometimiento confinaron a la etnia valerosa a una adaptación de su sistema de creencias y costumbres: abandonaron el politeísmo junto con las ceremonias en honor a la naturaleza de la cual vivían, para adoptar la religión teocéntrica.

En su cosmovisión incorporaron elementos teocéntricos que, conjugados con el nahualismo, dieron a luz mitos  híbridos como el del cusuco y el tacuacín, quienes “escarbando la tierra se encuentran por casualidad con las nubes encerradas en unas tinajas de barro, y cuando las quebraron, liberaron las nubes y se apropiaron de ellas, pero al darse cuenta los ángeles, capturaron al cusuco y al tacuacín y les quitaron las nubes” según estudios de Ramón Rivas en Pueblos indígenas y Garífuna de Honduras.

En la actualidad el pueblo lenca se enfrenta a una amenaza dual: por un lado la inminente lucha por sobrevivir en un mundo globalizado al que no pertenece, y que le desvaloriza por sus arcaicos medios de producción.

Por otra parte, la constante pérdida de identidad dentro de la etnia ha alcanzado importantes magnitudes a tal punto que se ha extinto la lengua lenca y esta etnia continua siendo marginada por la sociedad ladina de forma generalizada.